3 Posturas de yoga para aumentar la energía

El invierno puede traer consigo sensaciones de melancolía o apatía. Si sientes que te falta la energía y cumplir con tu rutina te cuesta más de lo normal, ¡que no cunda el pánico! Es algo bastante frecuente en esta época del año. Te contamos 3 posturas de yoga que podrían aumentar la energía y hacerte sentir una mayor vitalidad y ganas.

Hace relativamente poco tiempo que terminaron las fiestas navideñas, nuestro bolsillo sigue resentido tras las compras y vemos las próximas vacaciones bastante lejos. Los días son más cortos, el frío dificulta en ocasiones el transcurso normal del día y nuestro ánimo se ve algo resentido. Si observas una mayor fatiga y dificultad para cumplir con tu rutina, a causa del invierno, cambia la perspectiva desde donde miras.

A través del yoga podemos lograr el equilibrio tan necesario en momentos de debilidad. El invierno puede resultar muy favorable para proponernos nuevas metas y encontrar la manera de cumplirlas. Hoy te traemos 3 posturas sencillas para aumentar la energía y sentirte capaz de todo. Te animamos a que las pruebes, ¡no te arrepentirás!

3 Posturas de yoga para aumentar la energía

De pie, realiza varias respiraciones profundas y lleva la atención a tu cuerpo. Chequéalo de arriba abajo y visualiza cómo se recarga de energía. A continuación articula vértebra a vértebra, bajando el torso hacia el suelo. Deja que los brazos caigan por su propio peso y las manos rocen el suelo. Flexiona las rodillas todo lo que sea necesario hasta sentirte cómodo/a y sin forzar en exceso. Aguanta el tiempo que necesites. Redondeando la espalda, recupera la posición inicial. Realiza varias repeticiones y quédate abajo para fluir hacia la segunda postura.

Desde la posición anterior, con el cuerpo hacia abajo y los brazos cayendo por su propio peso, camina con las manos hasta quedar en forma de pirámide. Siente el peso de tu cuerpo sobre los dos apoyos, manos y pies, y movilízalo hasta sentirte totalmente integrado/a en el asana (perro hacia abajo). Los pies y manos deben permanecer a una distancia entre sí equivalente al ancho de caderas. La mirada se dirige hacia los pies y las rodillas pueden permanecer algo flexionadas para tu comodidad. Deshaz el camino con las manos y repite varias veces, quedando en posición de pirámide para introducir la tercera postura.

Desde pirámide, flexiona las rodillas y colócate en cuadrupedia. A continuación lleva el cuerpo al suelo, tumbándote boca abajo y llevando las palmas de las manos al suelo junto a los hombros. Presiona el suelo y eleva el tronco en busca de la cobra. No fuerces la zona lumbar. Escucha tu cuerpo y atiende sus necesidades. No olvides seguir respirando profundamente. Vuelve a posición de cuadrupedia, dirige glúteos a talones, alarga los brazos hacia delante y descansa en la posición del niño. Cuando te recuperes, ¡ponte en pie y cómete el mundo!

 

 

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