Con la llegada del verano es importante adaptar ciertas rutinas a la nueva situación que, en este caso, se caracteriza por una mayor exposición solar. En este sentido, necesitamos contar con una serie de claves para que nuestra piel se mantenga en buenas condiciones durante el verano. Hoy te hablamos de algunos tips para proteger tu piel del sol, algo que si bien es cierto debemos tener presente todo el año, en los meses de verano cobra una mayor relevancia. ¿Quieres saber cómo mantener una piel sana, bonita y cuidada? ¡Sigue leyendo!
En cuestión de autocuidado, la excusa de no tener tiempo se queda un poquito corta… ¡Claro que hay etapas que de manera extraordinaria pueden limitar nuestras posibilidades en este sentido!; pero, por lo general, encontrar unos minutos para una rutina básica es imprescindible. Y no solo es una cuestión estética, que también, sino que la salud y el estado de nuestra piel dependen en gran medida de nuestra capacidad para ser responsables y constantes con ciertos cuidados.
Tips para proteger tu piel del sol
No es necesario apostar por una rutina de belleza intensa para tener una piel radiante, lo importante es ser disciplinados. En los meses de verano es todavía más importante, puesto que nuestro cuerpo queda expuesto al sol con mayor frecuencia y esto, aunque positivo si lo hacemos de forma responsable, también puede acarrear consecuencias menos agradables.
- Arrugas.
- Signos del envejecimiento acentuados.
- Manchas en la piel.
- Quemaduras.
- Aumento del riesgo de cáncer de piel.
Estas son algunas de las consecuencias que una exposición solar irresponsable o excesiva puede reportar. Por ello, es muy importante prestar atención a proteger tu piel del sol, más allá de por una cuestión meramente superficial, para proteger la salud y prevenir males mayores.
Exposición responsable
El sol es la principal fuente de vitamina D para nuestro cuerpo. Sin embargo, no todo vale con esta premisa. Es adecuada la exposición sin protección solar siempre y cuando cumpla algunas pautas, como empezar exponiéndose 5 minutos y aumentar de forma progresiva sin superar los 15 minutos. Por encima de este tiempo es fundamental usar una crema de protección solar adecuada a tu tipo de piel.
Podemos traducir esto como que la exposición al sol sin protección es cosa de unos minutitos al día (uno tres días por semana) para sintetizar adecuadamente la vitamina D y siempre de forma controlada y progresiva. ¡Nada de tirarnos en la toalla largas horas sin protección!
El mejor horario
Hay franjas en las que debemos evitar la exposición solar, como las centrales del día, entre las doce y las cuatro. Es en este horario donde más probabilidad tenemos de sufrir una quemadura, por lo que es recomendable evitarlo y, de no hacerlo, será indispensable utilizar protección solar en la cara y en el cuerpo. Además, no vale con aplicarla una única vez; especialmente si sudamos o nos bañamos, debemos repetir la aplicación para asegurar una adecuada protección.
Sol y sombra
Una cosa es que en verano queramos broncearnos y disfrutar del sol y otra, muy distinta, es que nos quememos. Si hay sombras, aprovéchalas, especialmente en las ya mencionadas horas centrales del día. Si vas caminando un largo trayecto, a la sombra. Si llevas mucho tiempo al sol y te sientes agobiado, a la sombra. Si tus amigos están al sol sin miramiento alguno, pero tú tienes otras necesidades… a la sombra. De este modo no solo estarás dando un respiro a tu piel, sino que evitarás posibles riesgos como sufrir algún mareo o los temidos golpes de calor.
Complementos de vestir
Hay prendas finas que tapan nuestra piel sin resultar calurosas, esto puede ser una buena idea para los trayectos en los que no habías previsto la exposición solar. Evita que sean de colores oscuros, ya que atraen más el calor. Hay prendas, además, que son especiales para una mayor protección ultravioleta. Por otro lado, un sombrero y gafas de sol siempre serán recomendados para proteger la zona de la cara y el contorno de los ojos, cuya piel es más sensible.
Hidratación y alimentos con agua
Estar adecuadamente hidratados es la base de la protección y el cuidado de la salud. Bebe mucha agua a lo largo del día y opta por alimentos hidratantes, propios de la temporada de verano, como las sandías, melones, pepinos, fresas, melocotones…
Rutina de cuidado
Limpia la piel a diario, mañana y noche, y utiliza productos hidratantes que nutran y reparen la piel. Aplica limpiador, sérum, crema y protección solar a diario y por la noche decántate por productos de tratamiento específico para tu tipo de piel. Asimismo, en el cuerpo, aplica un aceite natural o crema hidratante tras la ducha. No exfolies tu piel después de la exposición solar, ya que podrías irritarla o dañarla.

