Cuidar nuestros pies es un imprescindible dentro de una rutina de belleza y cuidados personales. Y no solo debemos hacerlo en verano, cuando se encuentran descubiertos, sino durante todo el año. Y es que unos pies secos y descuidados, más allá de la estética, pueden ocasionarnos molestias e incomodidad. Te contamos cómo conseguir unos pies suaves y sin durezas. ¿Te animas a probar?
Cuando hablamos de cuidados personales, no solo debemos orientarlo hacia la parte más estética. Y es que olvidarnos de mimar nuestro cuerpo, puede conllevar multitud de molestias, incomodidad e, incluso, promover ciertas lesiones. Cuando una persona sufre y siente dolor al tener durezas en los pies, puede modificar su pisada para evitar rozaduras o presión. Esto podría ser perjudicial y favorecer la aparición de molestias mayores. Hoy te contamos algunos tips básicos para conseguir unos pies suaves y sin durezas.
Tips para unos pies suaves y sin durezas
- Cuida tu calzado. Si tus pies cuentan con callos, durezas y exceso de piel muerta por las rozaduras ocasionadas por determinados zapatos, tenlo en cuenta. Utilizar un calzado cómodo en el día a día, no solo te ayudará a tener unos pies suaves y sin durezas, sino que permitirá una correcta postura corporal y evitará dolores de espalda y molestias en las piernas.
- Seca bien tus pies tras salir de la ducha y aplica crema hidratante para mantener la suavidad. Dejar los pies mojados, podrían dar lugar a la aparición de hongos. Por ello, ten este aspecto en cuenta y dedícale unos minutos más de lo habitual.
- Masaje tus pies a diario. De esta manera estarás estimulando la circulación, aliviando la inflamación y promoviendo una buena salud en tu piel. Utiliza algún aceite natural que resulte hidratante y que penetre en profundidad.
- La exfoliación no excluye, bajo ningún concepto, la zona de los pies. Por ello, aplica producto en esta parte del cuerpo e insiste especialmente en la zona de los talones.
- Una vez a la semana, realiza una pedicura en casa deteniéndote con más intención en los pies. Mójalos en agua tibia, sécalos y lima las asperezas. Posteriormente aplica una crema que hidrate en profundidad y arregla las uñas para que estas no se encarnen. En poco tiempo notarás la diferencia.
- Si tus pies están excesivamente estropeados, acude a un podólogo que pueda tratarte. Una sola sesión ya será un importante punto de partida hacia la recuperación total de tus pies.