5 Diferencias entre una persona activa y una sedentaria

Muchas veces te hablamos de la necesidad de activarse y de dotar al cuerpo de movimiento para preservar la salud. Y es que el sedentarismo es uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad. Sus consecuencias son muy negativas y compensarlo con movimiento es muy importante para lograr una salud óptima. Hoy te hablamos de 5 claves que diferencian a una persona activa de una sedentaria. ¿A qué grupo perteneces?

Persona activa vs. Persona sedentaria

Hay muchas personas que son inactivas o sedentarias sin saberlo y sin pretenderlo. Y es que llevar una rutina ajetreada y estresante no es sinónimo de un estilo de vida activo. Tener mucho que hacer, realizar las tareas domésticas a diario o ir de un lado a otro con prisas de vez en cuando, tampoco sustituye al tiempo de ejercicio físico. En cambio, las horas sentados en la oficina, estudiando o en el sofá, día tras día sin compensación, sí constituyen un sedentarismo del que debemos huir de forma inmediata.

Aunque hay una porción de nuestra vida, relacionada con las obligaciones, que no siempre podemos modificar a nuestra conveniencia, es importante saber algo. Moverse un poco es mejor que no moverse nada. Si pasas muchas horas sentado/a, levantarte y movilizar el cuerpo, dar un paseo en tu descanso y realizar estiramientos desde la silla de la oficina pueden marcar una gran diferencia. Esta, en combinación de otros hábitos saludables como una alimentación equilibrada y ejercicio físico de forma frecuente, pueden suponer un antes y un después en tu vida. Pero, ¿qué diferencia a una persona activa y a una sedentaria?

Cada persona es un mundo y la misma circunstancia puede afectar de manera diferente. Generalizar en este sentido no es adecuado. Sin embargo, hay algunos rasgos que de forma habitual pueden experimentar las personas que llevan una vida activa en comparación a una inactiva o sedentaria. ¿Te sientes identificado/a?

5 Diferencias entre una persona activa y una sedentaria (o inactiva)

Agilidad

Una persona activa y entrenada es una persona ágil y funcional, capaz de enfrentar los quehaceres cotidianos y de valerse por sí misma de forma independiente y efectiva. Es probable que alguien sedentario se sienta limitado a la hora de desempeñar diferentes tareas por falta de resistencia, fuerza y otras capacidades fundamentales.

Resistencia

Alguien que toma decisiones en beneficio a su salud, dispondrá de una mayor resistencia física que le capacite para ser más productivo en el día a día y vivir con una mayor calidad. Estas decisiones podrían ser:

  • Ir caminando a los sitios en lugar de hacerlo en coche
  • Optar por las escaleras en lugar del ascensor
  • Aprovechar los tiempos de descanso para dar un paseo en vez de sentarse e revisar el móvil
  • Bajar una parada antes en el transporte público y hacer el resto caminando
  • Detener su rutina para realizar unos movimientos articulares o estiramientos
  • Encontrar la manera de introducir una rutina deportiva diaria, aunque sea desde casa y con elementos domésticos…

Emociones

Pero una vida activa no solo se evidencia en el plano físico, también en el emocional. Una persona activa es capaz de construir pensamientos productivos, reduciendo aquellos negativos que resultan paralizantes para desarrollar el camino hacia los objetivos. Asimismo, realizando actividad y estando en forma somos capaces de reducir el estrés y las tensiones acumuladas, encontrando el bienestar, relativizando las preocupaciones y sintiéndonos mejor.

Descanso

El ejercicio físico aporta una gran sensación de bienestar durante y después de la práctica. De esta manera induce a un estado de relajación y favorece un descanso de calidad. Dormir las horas necesarias nos permite resetearnos física y mentalmente y nos capacita para enfrentar la rutina con energía y productividad.

Seguridad

Una musculatura entrenada y trabajada, propia de personas deportistas o que apuestan por un estilo de vida activo, conforma un escudo para nuestro cuerpo. Dota además de una mayor estabilidad, mejora nuestra postura corporal y reduce drásticamente el riesgo de sufrir lesiones. ¿Resultado? Mayor confianza, autoestima, bienestar, salud y calidad de vida.

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