Fidelidad a uno mismo, ¿qué significa?

fidelidad

Cuando hablamos de «infidelidad» solemos pensar en las relaciones de pareja, sin embargo, este término abarca mucho más. Ser víctimas de dicha circunstancia es doloroso, pero cuando somos nosotros los responsables de fallarnos, la cicatriz puede ser incluso más profunda. ¿Te has parado a reflexionar acerca de si te estás siendo realmente fiel? Este puede ser el origen de muchas emociones negativas y de la falta de autoestima. En el post de hoy hablamos de la fidelidad a uno mismo, aspecto tan importante para lograr calma, satisfacción y bienestar. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

¿Y si dejo de sentirme integrado?

Una cosa es vivir bajo el dictado de ciertos patrones sociales y otra, muy distinta, perder nuestra identidad por el camino. Los sueños, objetivos e ilusiones nos definen y darles la espalda, aun de manera inconsciente, dejará una huella negativa en nosotros. Podemos permanecer integrados en el entorno sin dejar de lado la escucha, la decisión acerca de lo que deseamos hacer y lo que no. Tú eres quien marca tu camino y distanciarte de lo que realmente anhelas te alejará del ansiado bienestar y de la autorrealización.

Es importante en este sentido ser fiel a tus propias ideas, principios y convicciones; a tus necesidades y deseos, ¡aunque se alejen de la norma! La autenticidad es clave para sentir los pies en la tierra y caminar hacia delante con seguridad y firmeza. Por lo tanto, nuestra recomendación es que dejes de intentar agradar al resto y te preocupes por agradarte a ti, por quererte.

El hecho de sentirnos diferentes, de observar que a nuestro alrededor la corriente se dirige hacia una dirección contraria a la que nosotros queremos, puede hacernos dudar de nuestras propias creencias. Es posible dejar de sentir atracción por aquello que antes nos gustaba, dejar de disfrutar con las actividades que hemos hecho hasta el momento o plantearse que es hora de emprender un nuevo proyecto personal. Nada de todo esto es malo, pues forma parte de la evolución y el desarrollo. Pretender callar esa vocecita interior que nos va guiando de la manera más auténtica, por no decepcionar al resto, no cerrar etapas o incluso por miedo, puede perjudicarnos y hacernos perder la propia identidad.

«Lealtad» y «honestidad» son dos conceptos que debes integrar y repetirte como un mantra a diario: ¿estoy mostrando lealtad hacia mí?, ¿estoy comprometida con lo que sé que quiero conseguir?, ¿estoy siento honesta con mis circunstancias? No tengas miedo a hablar contigo, a tomar conciencia de lo que sucede en tu interior y adoptar los cambios necesarios. En ocasiones podemos estancarnos en una rutina o un entorno que ya no van con nosotros, que no nos hacen sentir realizados y olvidar aquello que nos empuja desde las ganas, la motivación y la ilusión.

Conocerte a ti mismo, la clave del éxito

Para evitar este tipo de infidelidad, es fundamental conocerse a uno mismo y entenderse. Esto te ayudará a descubrir tus necesidades y deseos, a orientar tu rutina diaria hacia el lugar en el que quieres estar. Parece un hecho que cada uno se conoce perfectamente y esto no siempre ocurre. Diferentes circunstancias pueden hacer que nos alejemos de lo que realmente somos y queremos, de lo que nos gusta y nos inquieta. Por eso, conviene tener presente este aspecto, para volver a descubrirse y apasionarse de verdad.

Conociéndote a ti mismo puedes, además, entender muchos de tus comportamientos y dejar de culparte por cosas que no sucedieron tal y como habías imaginado, o que no hiciste como querrías. Empieza por preguntarte: ¿quién soy?, ¿qué me gusta?, ¿qué quiero hacer?, ¿mi comportamiento y actitud me acercan al lugar en el que quiero estar?, ¿a qué tengo miedo?, ¿mi entorno me hace sentir bien?, ¿mis relaciones interpersonales suman?, ¿sigo sintiendo lo mismo por este trabajo, esta persona, esta ciudad?

Consecuencias de la no fidelidad a uno mismo

Nuestra querida psicóloga del Vikika Team, Dunia (@dunia.vikikateam), nos ha hablado del tema de la infidelidad y ha abierto en nuestra mente una nueva puertecita que nos invita a la reflexión. Y es que del mismo modo en que nos sentimos heridos cuando una tercera persona nos es infiel, serlo para con nosotros mismos también trae consecuencias.

Cuando nos planteamos ciertos retos y propósitos y no los cumplimos, pueden despertarse sentimientos de culpa y la desconfianza hacia nuestras propias capacidades y esto hacernos sentir mal. Por ello, ser responsables de esa fidelidad es el primer paso para lograr los objetivos y proyectarnos hacia un futuro auténtico, realista y feliz.

 

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