Meditar tiene incontables beneficios e integrarlo como un hábito en tu rutina saludable puede ser un gran acierto. Y es que es un hecho que a menudo estamos preocupados por tantas cosas externas, que nos olvidamos de escucharnos y atendernos a nosotros mismos. Sin embargo, y pese a lo positiva que resulta esta práctica, requiere de un tiempo de «entrenamiento» para mejorar las habilidades de concentración necesarias. ¿Estás pensando en aprender a meditar? ¡Pues toma nota de algunos tips que te servirán de mucha ayuda para conseguir los efectos deseados!
Como ocurre en diferentes campos de la vida, del trabajo o del deporte, por ejemplo, meditar es una carrera de fondo. Uno no siente las ganas de hacerlo, se sienta e inmediatamente lo domina; tampoco hay un techo con el que te chocas y que te imposibilita crecer más una vez aprendida la práctica… ¡todo lo contrario! Adquirir el hábito es el primer paso para mejorar ciertas capacidades y lograr acceder al campo de la meditación. Una vez hecho, hay una senda infinita que te descubre cada vez más y más sensaciones, más y más aprendizaje y autoconocimiento.
Por ello, aprender a meditar es el comienzo de un camino apasionante. Ahora bien, apasionante y beneficioso no son sinónimos de fácil. Ser paciente, mostrar una actitud de humildad, aprendizaje y verdadero interés por mejorar, será la mejor decisión.
10 Pasos para aprender a meditar
A continuación, te exponemos diez puntos importantes para que aprender a meditar te resulte atractivo y se allane el camino. No te harán falta demasiadas sesiones para empezar a experimentar el bienestar que reporta. No obstante, si no sientes esos efectos positivos, no te agobies ni te frustres, ¡es cuestión de tiempo!
- Encuentra un lugar cómodo, ordenado, en el que nadie vaya a interrumpir tu momento. Es importante que el entorno esté recogido para que nada te distraiga ni perturbe y puedas encontrar el estado de relajación necesario.
- Utiliza ropa cómoda y limpia. No te quedes con la misma ropa con la que has trabajado, estudiado o en pijama. ¡Renueva tu energía!
- La postura adecuada. Aunque para aprender a meditar puedes empezar por hacerlo tumbado o apoyando tu espalda en la pared, lo ideal es que con el tiempo trates de mantener una buena postura sentado, con la espalda alargada.
- Refuerza la musculatura. Para conseguir esa comodidad, es necesario que entrenes con frecuencia para fortalecer tu cuerpo y ser capaz de mantenerte en una postura estable durante el tiempo necesario. El yoga, dentro de una rutina activa, es excelente para este fin.
- Tiempo de digestión. Medita en ayunas o una vez que hayas hecho la digestión. Será más sencillo que puedas concentrarte en la práctica.
- No quieras dejar la mente en blanco. Una vez hayas encontrado el lugar, la ropa adecuada y la postura, no trates de dejar la mente en blanco. Atiende a tu respiración, entra en un estado de calma y deja que las cosas sucedan.
- Cambia tu idea sobre lo que es y no es la meditación. Meditar no es dejar la mente en blanco y evitar a toda costa cualquier pensamiento; se trata de ser capaz de entrar en un estado de concentración plena y eso se logra con tiempo y práctica.
- Empieza utilizando focos de atención. Utiliza la llama de una vela, una imagen, un objeto, etc. Cierra los ojos y una vez hayas normalizado tu respiración, ábrelos y enfócate en el estímulo que hayas empleado.
- Deja que pasen los pensamientos. Si aparecen pensamientos, considéralos y déjalos marchar. Sin forzar, agradeciendo y volviendo al objeto de concentración.
- La duración de la práctica. Empieza por unos minutos (1, 2, 3, 5, ¡lo que puedas!). Conforme avances en la práctica lograrás más tiempo de concentración y entrarás progresivamente en el estado de meditación que deseas.
Ahora que ya tienes algunos tips para aprender a meditar, disfruta del proceso y, sobre todo, sé constante. ¡Este es el único secreto!
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