Errores frecuentes en cuarentena que dañan tu salud

Desde que empezó la cuarentena hemos tenido que adaptarnos a los grandes cambios que ha experimentado nuestra rutina. De pronto nos hemos visto obligados a asimilar una situación que, sin duda, es única y desconcertante. Sin embargo, nuestra salud es lo principal y no debemos dejarnos llevar por algunos errores frecuentes que podrían dañarla. Te damos una lista para que reflexiones acerca de tu actual rutina y cambies aquellos aspectos que podrían perjudicarte.

Poco a poco empezamos a normalizar la situación de cuarentena. Por suerte, las medidas se van relajando y tenemos más libertades. No obstante, esta evolución positiva no es definitiva y desafortunadamente las cosas podrían cambiar de nuevo en cualquier momento. Por ello, es importante que tengamos claro que pase lo que pase, vamos a mirar siempre por nuestra salud y a cuidarnos, independientemente de que estemos solos/as o acompañados/as, salgamos o no a la calle. A continuación exponemos una serie de errores comunes en los que podrías estar cayendo. Analiza tu rutina y si te sientes identificado/a con alguno de ellos, reacciona y cambia la dinámica.

Lista de errores frecuentes en esta cuarentena

Descuidar la alimentación

Estamos en casa y en muchas ocasiones podemos sentir aburrimiento, apatía o, incluso, ansiedad. Dadas las circunstancias es probable que recurras a ciertos antojos que podrían desequilibrar tu dieta. Vemos que mucha gente se está dejando llevar por los dulces y otros productos ultra procesados y podemos llegar a creer que la situación justifica nuestro desorden en las comidas. Debes entender que alimentarse mal afecta a tu salud, independientemente de estar en cuarentena. Por ello retoma la dieta saludable y no te dejes llevar. Es tu responsabilidad.

Desajustar el horario del sueño

Otro de los errores más comunes es acostarse a altas horas de la madrugada o dormir hasta tarde. Es muy importante disponer de una correcta rutina del sueño, ya que esta nos permitirá encontrarnos bien y aportará orden. Pasar las noches en vela, dormir durante el día y no tener horarios puede hacernos sentir mal, con un estado anímico bajo, faltos de energía y con una percepción más negativa de lo que pasa a nuestro alrededor. Acuéstate antes, madruga, sal a caminar a primera hora y encuentra tu motivación.

Abusar de los hábitos sedentarios

Nos creemos que cualquier comportamiento negativo está justificado porque atravesamos una situación complicada y eso no es así. Debemos ser resilientes y adaptarnos a los cambios que vivimos. Ser víctimas de la situación, cuando otras personas están viviendo auténticos dramas, no es válido. Debemos dejarnos sentir todas las emociones y frenar si un día no nos sentimos con fuerza. Pero posteriormente hay que activarse y encontrar la parte positiva que siempre existe. Pasar el día acostados, sin hacer nada, no nos beneficia en absoluto.

Descuidar la higiene

Aunque resulte increíble, hábitos para una buena higiene como tomar una ducha, lavarse los dientes o el pelo, entre otras, son olvidadas con la excusa de estar en casa. Estando en casa también debes tener una correcta higiene y lavarte los dientes tras las comidas. Ducharte y sentirte limpio/a, verte bien en el espejo y regalarte momentos de cuidados es imprescindible para tener un estado de ánimo positivo y reforzarlo. Por ello no te olvides de esos gestos que te aportan bienestar, además de salud.

Ir todo el día en pijama

Los primeros días de confinamiento resultaba curioso poder trabajar desde casa en pijama y no necesitar para nada las prendas de calle. Sin embargo, han pasado casi dos meses desde que se declaró en España el Estado de Alarma y si sigues en pijama todo el día, ya es el momento de cambiar el chip. Ahora tienes una nueva rutina, diferente a la anterior, pero tienes que estar a la altura de ella. Así que quítate el pijama al levantarte y arréglate para tu día. Da igual si sales o no de casa y si te va a ver alguien. Tú eres quien tiene que sentirse a gusto consigo mismo/a.

Trabajar o comer en la cama

Como en el caso anterior, poder trabajar desde la cama también resultaba una especie de sueño hecho realidad. Pero de ese sueño hay que despertar para no abusar del sedentarismo y caer en hábitos perjudiciales. Especialmente a nivel mental, trabajar desde la cama nos aporta desorden, fatiga y falta de energía y actividad. Del mismo modo con los desayunos o meriendas en la cama. Una vez vale, pero no lo tomes por hábito. La cama te acoge para inducirte a un sueño nocturno y reparador. Utiliza este lugar para ese fin y no lo exprimas hasta aburrirte.

Exceso de información

Si algo tenemos de sobra hoy en día, son vías de comunicación al alcance de la mano. Si no somos capaces de desconectar, podemos recibir información sobre la situación del Covid-19 por cualquier medio y a todas horas. No caigas en la intoxicación informativa que te lleve a darle vueltas al asunto sin parar. Elige un momento puntual y breve en el día para consumir información de fuentes oficiales y olvídate de darle vueltas el resto del día. Estar bien informados es necesario, pero hay que saber cuándo desconectar y decir basta.

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