Agosto es, para muchos, tiempo de vacaciones y relax. Es momento de desconectar y bajar la guardia en cantidad de aspectos cotidianos. A diario nos mantenemos pendientes de multitud de quehaceres y dejamos poco espacio para nosotros mismos. Por eso, es hora de soltar el control de (casi) todo y fluir. Pero, ¡ojo! Relajarse y divertirse, nada tiene que ver con dejar de lado la alimentación saludable. Comer sano en vacaciones no solo es sencillo, sino que es la base para el bienestar físico y mental que te ayudará a disfrutar sin excesos ni remordimientos. Recuerda que en vacaciones, quienes defendemos un estilo de vida saludable, ¡solo tiramos la toalla en la playa!
Quienes viven las dietas como una obligación más, y no pueden evitar sentir estrés ante la posibilidad de fallar, no están sacando el máximo partido a este importante hábito. Ni es cierto que una alimentación equilibrada solo persigue objetivos físicos ni pecar, en este sentido, es un drama. Alimentarnos de forma consciente significa amor por nuestro cuerpo y una auténtica forma de vida que nos permite vivir con serenidad y equilibrio a todos los niveles. Si un día decides comer algo menos saludable, no te castigues, ¡eres humano! No obstante, cuando de verdad experimentas las sensaciones de cuidarte, entiendes que estás en el camino correcto y que estás ofreciendo a tu cuerpo lo que realmente necesita.
Comer sano en vacaciones, por otro lado, es un reto para muchos. Y es que las posibilidades parecen reducirse, aumentan las comidas en restaurantes y el calor invita a consumir opciones carentes de un valor nutricional adecuado. Debes saber que querer es poder y que tomar decisiones en beneficio a tu correcta alimentación te descubrirá un mundo de posibilidades y, sobre todo, con un consecuente bienestar físico, mental y emocional.
5 Aspectos básicos para comer sano en vacaciones
Cuenta hasta 10
La motivación por estar de vacaciones, rodeados de los nuestros y en lugares diferentes, puede hacernos perder el control de varios aspectos importantes. Soltar las riendas de ciertas obligaciones es necesario pero la alimentación, como ya sabes, no entra dentro de ese plano. Cuando te observes descontrolado/a, con ansiedad por pedir todos los platos de la carta párate, cuenta hasta 10 y piensa qué es lo que realmente te apetece, qué necesita tu cuerpo y de qué manera vas a lograr sentirte bien física y mentalmente para continuar disfrutando del día. Dejarnos llevar por algunos impulsos está bien, pero en cuestión de alimentación puede ser un arma de doble filo.
Personaliza tu plato
Hay un plato de la carta que te apetece, sin embargo, no te convence porque la guarnición supondrá un exceso, te hará sentir pesado/a y luego te costará un mundo seguir con el ritmo del día. Pero bueno, estás de vacaciones, crees que no hay otras alternativas y te lanzas a la piscina con una opción que, lejos de beneficiarte, te hará sentir hinchado/a lo que queda de jornada. O puede ocurrir que tienes un plan perfecto con amigos pero, por desgracia, van a ese restaurante en el que elegir un plato saludable al completo es misión imposible. ¡Stop! Siéntete libre para decidir qué te apetece comer, pide con amabilidad que sustituyan una guarnición por otra o propón lugares en los que haya opciones para aquellas personas que disfrutan comiendo ligero y sano. Muchas personas que quieren cuidarse renuncian a hacer planes por no caer en tentaciones y esto queda muy lejos de lo que significa este hábito. Defiende tu forma de hacer las cosas sin complejos y si realmente te apetece darte un homenaje que no encaja 100% en tu dieta, ¡hazlo!
Piensa con realismo
Comer sano en vacaciones, aunque para muchos se complica, es muy factible y hoy en día hay opciones para todos los gustos. No obstante, no te sientas mal si durante el tiempo de desconexión no cumples a rajatabla con lo previsto. Es lógico que estando fuera de casa te apetezca probar otras cosas, te permitas caprichos y caigas en tentaciones. ¡No te sientas mal por ello! No es cuestión de arrasar con todo lo que se ponga en tu camino, sino de sentirte libre sin presión ni juicios innecesarios.
Observa lo que te rodea
Cuando estés en tu destino, observa aquello que te rodea y reflexiona acerca del privilegio de disfrutar de todo ello. Entiende que irte de vacaciones no es sinónimo de tirar tus hábitos saludables por la borda. Ser capaces de apreciar lo que tenemos, nos hace disfrutar sin necesidad de manifestar el tiempo de ocio, únicamente, a través de la comida. ¿Es que acaso unas vacaciones son menos divertidas por comer sano? ¿Has dejado de disfrutar de tus días libres por el hecho de haber optado por alternativas saludables? Analízalo y, por supuesto, recuerda que si decides comerte un helado, tomarte un refresco o brindar con unas cervezas, porque realmente te apetece, seguirá estando bien.
Relájate y disfruta
La conclusión sobre el hecho de comer sano en vacaciones no es ni más ni menos que entender que se puede disfrutar igual, o más, de tus días de desconexión manteniendo una alimentación equilibrada. Que no pasa nada si te dejas llevar por tentaciones, pero que no te veas obligado/a a ello. Sé independiente y toma tus propias decisiones sobre qué te apetece comer y no permitas que tu entorno te juzgue por el hecho de optar por beber agua, en lugar de un refresco, o por decidirte por una ensalada en lugar de una hamburguesa con patatas fritas. Haz lo que quieras, como quieras y siente el orgullo de defender un estilo de vida que te cuida y te llena de bienestar.
Otros consejos para comer sano en vacaciones
- Haz tus propios helados utilizando ingredientes naturales y frutas de temporada
- Prepara bebidas saludables, hidratantes y nutritivas como infusiones frías, agua saborizada o limonada casera
- Organiza un encuentro con amigos y ofréceles una degustación de platos saludables y deliciosos para que, quienes todavía no lo hagan, entiendan que una dieta equilibrada deja lugar para el ocio y el disfrute