¿Entrenar con música o sin ella?

En la actualidad, la música forma parte de nuestro día a día llegando a ser, para algunas personas, imprescindible. A la hora de realizar actividad física, muchos la utilizan como estímulo. Sin embargo, para otros, puede resultar incluso molesta. ¿Tú qué opinas? ¿Prefieres entrenar con música o sin ella?

Vivimos un momento en el que tenemos acceso a todo tipo de contenido de una forma rápida y sencilla. Asimismo, tenemos muchas opciones para seleccionar con facilidad la música que nos apetece escuchar en cada momento. Esto hace que construyamos la banda sonora de nuestra propia vida a cada paso. Durante el ejercicio ocurre lo mismo. Y es que quienes están acostumbrados a entrenar sin música, sienten que les falta esa fuerza cuando no la tienen. No obstante, ambas opciones pueden tener sus ventajas en un momento dado.

¿Entrenar con música o sin ella?

Ambas cosas pueden resultar positivas de cara a practicar un entrenamiento efectivo. Dar el máximo de nosotros mismos es esencial. Además, encontrar nuestras propias estrategias para lograrlo puede ser un punto a favor. En este sentido… ¿Sueles entrenar con música o sin ella?

Entrenar con música

La música actúa como un botón que, al presionar, es capaz de generar en nosotros unas sensaciones u otras. Optando por canciones enérgicas y movidas, logramos un efecto estimulante. Así, nuestra motivación aumenta y vamos a tope de ganas a por el entrenamiento.

Por otro lado, debes tener en cuenta que si no eliges la música adecuada, puede tener un efecto contrario al deseado. Adaptar el género al tipo de entrenamiento es imprescindible a la hora de entrenar con música. Canciones lentas, cargadas de un gran componente emocional o que te remuevan viejas anécdotas, podrían distraerte del entrenamiento o hacerlo menos productivo.

Es cierto que, con música, la actividad física resulta más dinámica y divertida. Aparece una fuerza y energía que empuja y anima a hacer del entrenamiento un momento especial.

Entrenar sin música

Hay personas que prefieren vivir el momento del entrenamiento en toda su esencia. Hay quienes, incluso, se notan distraídos del entrenamiento si ponen música y se sienten menos productivos. Es cierto que despojarse de todo lo externo y estar concentrado en el momento presente, no solo puede ser muy efectivo, sino que embellece y da autenticidad al momento.

Al fin y al cabo, optar por entrenar sin música no es sinónimo de hacerlo en silencio. Y es que el propio entrenamiento ya acondiciona lo suficiente el ambiente. El sonido de las máquinas, el movimiento de pesas y otro material, conversaciones que puedan surgir con otros compañeros… Entrenar sin música, como en cualquier otra actividad, abre puertas a experimentar el momento y abrirse más a lo externo.

Entonces, ¿es mejor entrenar con música o sin ella?

No hay una cosa mejor que otra. Cada persona es un mundo y una misma acción puede resultar diferente para unos u otros. Por ello, conócete interiormente. Analiza de qué manera sientes una mayor productividad y motivación. Si crees que las dos cosas te sientan bien y te gustan, mejor que mejor. Alterna ambas opciones y vive tus entrenamientos desde distintas perspectivas.

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