Habla con tu preparadora o preparador físico

Si algo está claro, es que no tenemos por qué saberlo todo. La mejor vía para poder solventar curiosidades es, sin ninguna duda, preguntar. Una de las ventajas de contar con una preparadora o preparador físico, es disponer de muchos conocimientos a tu alcance. Hoy te contamos por qué, y sobre qué, deberíais hablar. Aprovecha su experiencia para ampliar tus conocimientos y saca el máximo partido al entrenamiento.

Es cierto que al gimnasio vamos a trabajar duro y no a charlar. No obstante, hay dudas que deben ser resultas y qué mejor que hablarlas con nuestra preparadora o preparador físico. Recuerda que para que el entrenamiento sea eficiente debe ser ejecutado correctamente. De lo contrario, no solo no obtendríamos los resultados óptimos, sino que podríamos hacernos daño o provocarnos alguna lesión.

¿Qué debes hablar con tu preparadora o preparador físico?

¿Con qué frecuencia…?

Hablar acerca de tu disponibilidad y la frecuencia con la que puedes o debes acudir al gimnasio es un tema muy importante. De nada sirve que prometas acudir a diario si, posteriormente, no te va a resultar posible. Expón tu disponibilidad para que ella o él puedan trazar un plan de entrenamiento adecuado a tu disponibilidad, con realismo y transparencia. Nadie tiene que hacerte sentir mal por poder ir tan solo dos o tres días. Tienes tus obligaciones y lo importante es que estás en el camino hacia tus objetivos.

¿Cuáles van a ser los resultados?

Es normal que tengas dudas acerca de los resultados que verás según tu tipo de entrenamiento. Habla abiertamente con tu preparadora o preparador físico acerca de para qué sirve este movimiento, este ejercicio o este tipo de entrenamiento. No hagas caso a todo, sin saber qué te va a aportar. Conoce tu cuerpo y experimenta si realmente está evolucionando en función de tu rutina deportiva. ¿No sabes por qué hacer esta serie de ejercicios? Pregunta y aprende. ¡Aprovecha su experiencia!

¿Es normal que…?

Si notas alguna molestia o dolor, pregunta ante la duda. Es cierto que especialmente las personas principiantes, pueden preocuparse ante algunas sensaciones. La falta de costumbre puede hacerles sentir que no es normal lo que están experimentando. Ante la duda de si son unas simples agujetas o una posible lesión, consúltalo. No hay nada mejor que la tranquilidad de estar haciendo las cosas bien, con cuidado y seguridad. Es probable que ante ciertas molestias, tu preparadora o preparador pueda explicarte alguna variante que se adapte mejor a tus circunstancias.

¿Debo notarlo aquí?

Si tras ejecutar algún ejercicio, notas es trabajo en un lugar donde crees que no deberías, habla con ella o él. Es posible que estés realizando mal algún movimiento o el esfuerzo esté recayendo en el lugar erróneo. Ante la duda, conversa y explica tus sensaciones para poder aclararlo y cambiar el ejercicio si fuera necesario.

Momento de estancamiento

¿Sientes estancamiento? ¿Notas que la motivación ya no te acompaña? ¿Te aburres entrenando? Antes de dejarlo y tirar la toalla, consúltalo. Sabiendo que tu ánimo ya no es tan positivo, tu preparadora o preparador cambiará, sin ningún problema ni dificultad, tu tipo de entrenamiento para que recobres la motivación y vuelvas a creer en ti mismo. No te calles hasta que la frustración se apodere de ti. Sincérate y empieza una nueva etapa y un nuevo reto.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp

Deja una respuesta

SUSCRÍBETE