¿Puede afectar el cambio de hora a tu rutina?

La madrugada del pasado domingo experimentamos un nuevo cambio de hora. A las dos serían las tres restando así tiempo de sueño. ¿Lo excepcional? Este cambio de hora ha llegado en un momento de confinamiento en el que podría alterar nuestra rutina y hacernos sentir un poco confundido. Hablamos de ello a continuación.

Estamos acostumbrados a cambiar de hora dos veces al año y, en muchas ocasiones, apenas lo notamos. Mientras que algunos prefieren que se alarguen los días, otros disfrutan más con la pronta llegada de la noche. Sin embargo, enseguida asimilamos la situación y atravesamos la transición con bastante naturalidad.

Este año, el cambio de hora ha coincidido con un momento histórico que el que el mundo atraviesa una lucha insaciable por combatir el Covid-19. Desde nuestras casas, en época de confinamiento, cualquier cambio es percibido como una amenaza para nuestros sentidos. Por este motivo, es probable que puedas sentir algunas consecuencias o efectos secundarios.

Consecuencias del cambio de hora en nuestro cuerpo y mente

Lograr un estado de calma

En primer lugar es probable que, llegada la última hora de la tarde, sientas que te cuesta más lograr un estado de relajación previo al sueño. Los días se alargan y permanecemos más activos durante la tarde. Seguro que ayer, primer día con el nuevo horario, te diste cuenta de que el aplauso a los sanitarios a las ocho se realizó de día y no de noche, como estamos acostumbrados. Esto puede ser una buena oportunidad para poner cara a todos esos vecinos más juerguistas que preparan una nueva jornada en los balcones, cada cual más ingenioso. Intenta mirar el reloj y, aunque no haya anochecido, busca un estado de calma para favorecer el sueño posterior.

Dificultad para empezar el día

Tal vez la dificultad para conciliar el sueño provoque en ti una disminución de la calidad del mismo. Quizá te vayas a dormir y se apodere el insomnio o notes que tu descanso no es tan efectivo. Si a esto le añades que amanece más tarde, puede ser el cóctel perfecto que te impida levantarte a la hora habitual y que te haga luchar contra las sábanas para salir de ellas. Y es que cuando uno no pasa una buena noche, quedarse en la cama es muy tentador y esto puede resaltar un peligro para mantener la necesaria rutina durante el confinamiento.

Ansiedad e impaciencia

Este cambio de hora, en circunstancias normales, da la bienvenida al horario de verano, en el que empieza a hacer buen tiempo y surgen multitud de planes al aire libre, con el fin de aprovechar las horas de luz. Esto se encuentra interiorizado en nosotros y es probable que en estas circunstancias se añada una dosis extra de dificultad para mantener la calma y seguir soportando los días de encierro. Queremos hacer vida normal, salir, divertirnos. Sin embargo, cuanto antes entendamos que es un proceso lento, antes soltaremos el control y aprenderemos a adaptarnos a esta nueva situación.

¿Cómo combatir las consecuencias del cambio de hora?

  • Haz caso a tu reloj y no a tus sensaciones
  • Continúa con tu rutina con normalidad
  • Intenta no echar siesta para lograr un mejor sueño nocturno hasta adaptarte al cambio
  • Escribe un cuaderno nocturno con tus sensaciones de la jornada
  • Agradece que si estás en casa y con salud, eres una persona privilegiada
  • Realiza actividades de relajación
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